En esta fase es donde nos volvemos eficientes desde el punto de vista energético y funcional. Aquí tenemos una fuente de energía de larga duración, un buen aporte calórico (9 calorías por gramo) pero de baja capacidad para tolerar esfuerzos físicos moderados intensos, los ácidos grasos.
Estás en esta fase cuando tu esfuerzo físico es suave. Aquí no se acumula lactato, se usa poco glucógeno y podrías, desde el punto de vista energético, durar muchas horas, más de 4 inclusive.
Aquí se entrena la mayor parte del tiempo buscando ser más eficientes desde el punto de vista energético, adaptando nuestro cuerpo para correr más rápido pero usando grasa como fuente de energía.
Entrenar hace que esta fase metabólica sea más amplia, permitiendo no agotar tan rápidamente nuestro glucógeno.
Cuando corremos en esta fase, quisiéramos mentalmente ir más rápido, pero sabemos, desde nuestra experiencia de entrenamiento, que aquí tenemos el ritmo para nuestro objetivo físico de larga duración.
En la medida que conocemos nuestro cuerpo aprendemos a diferenciar las sensaciones y ritmo de fase 1, 2 y 3.
Recomendación: Disfruta entrenando a bajo ritmo, serán muchas horas así.