Crónica Berlín Maratón 2022 🇩🇪 por Alejandro Quintero

Crónica Berlín Maratón 2022 🇩🇪 por Alejandro Quintero

Alejandro Quintero, uno de los corredores de nuestro Equipo. Desde Envigado, Colombia nos comparte una crónica espectacular de lo que fue su experiencia como corredor aficionado en su primera Major, la Maratón de Berlín 2022, una historia maravillosa de principio a fin. Gracias Alejo por tu compartir

“Cuatro días antes de viajar a Berlín me llegó un mensaje por la aplicación de Airbnb indicándome que habían cancelado el hospedaje que teníamos reservado para estar en la ciudad, esto nos cambiaba todos los planes no solo por que era un lugar cercano a la salida de la carrera sino por que encontrar otro sitio para 5 personas a 4 días de la carrera era una tarea casi imposible. Era viernes en la noche teníamos un fin de semana por delante para encontrar algún lugar. Lo primero que hice fue contarle a Mariana y acto seguido les avisamos a Pao y Alejo lo que había sucedido. Todos estuvimos buscando hospedaje durante el fin de semana pero no resultaba nada.

Al día siguiente fuimos a entrenar a la pista de Envigado, ese lugar es espectacular y allí me siento en calma entrenando, entonces desde hace varios días ese era el plan para el sábado. Llegamos a la pista y como siempre, muchas caras conocidas y mucho amor de la gente. Antes de empezar a entrenar Camilo Aramburo de Colrunners nos invitó a una pequeña charla técnica de la carrera, el siempre lo hace con sus atletas y cómo estábamos ahí, nos invitó para escucharlos, conversamos del circuito, de cosas técnicas, pero lo más importante es que nos dio a todos la tranquilidad de que ya el trabajo duro estaba hecho y que solo quedaba disfrutar.

El entrenamiento de ese día fue especial por que corrí con Camilo, tenía una escalera por distancia (3km, 2km, 1km, 0.5km), el entrenamiento salió fantástico y me llenó de mucha confianza para la carrera. Ese mismo día conversamos con mucha gente, les contamos el incidente del hospedaje y muchos quedaron en conseguir ayuda. Salimos a desayunar con la mente un poco más despejada del inconveniente aquel.

En la tarde fuimos a almorzar donde la mamá de Mariana y les contamos del problema, Cata y JuanPa empezaron a hablar con sus conocidos en Berlín a ver qué podíamos hacer. Todo el día estuvimos en función de buscar cualquier opción donde poder acomodarnos a un buen precio, pues los pocos espacios que aparecían disponibles costaban 5 veces más de lo que costaban un mes atrás. Ese día en la tarde Paola encontró una casa a 10km del punto de partida, no era la mejor ubicación pero era lo único que teníamos, además el precio no era tan alto, hicimos la solicitud de reserva pero el anfitrión nunca nos dio respuesta. Ese mismo día en la noche estuvimos de visita en Envigado para despedirnos de mi familia. Llegamos temprano a la casa pues al día siguiente había competencia en El Retiro, era la segunda parada de Liga Zona 5, entonces debíamos descansar bien.

Fue una noche difícil ya que volvió la preocupación del hospedaje, yo no pude conciliar un buen sueño y a eso de las 4:30 me despertó la vibración del celular, me levante creyendo que era la respuesta del hospedaje pero no, nunca respondieron. Ya sin sueño a esa hora empecé de nuevo a buscar hasta que encontré en Airbnb un apartamento por un valor muy similar al que nos habían cancelado, era un apartamento completo con 2 alcobas, baño y cocina, Justo lo que necesitábamos para los 5. Inmediatamente le di solicitar reserva y la sorpresa fue que no hubo que esperar, el anfitrión nos aceptó la reserva de una, por fin habíamos conseguido hospedaje. Era más cómodo que el primero, un poco más barato, cerca a la Expo y con muy buen servicio de transporte público. Domingo y lunes fueron unos días más tranquilos, ya que teníamos una preocupación menos en que pensar.

En liga zona 5 nos fue súper bien, mi equipo va de segundo en la general a pesar de que yo fui el último de los 4, a pesar de eso, hice un muy buen entrenamiento ese día, la carrera eran 7km y luego un afloje de 8km.

Ya con el hospedaje resuelto, solo quedaba esperar el viaje, terminar de cuadrar los preparativos y salir a disfrutar del paseo.

El vuelo era el martes a las 6 am así que tuvimos que madrugar bastante para estar a tiempo en el aeropuerto. Viajamos sin contratiempos salvo que las tarjetas con los datos móviles que habíamos comprado nunca llegaron, entonces tocó viajar incomunicados o por lo menos con wifi gratis hasta Berlín. El itinerario fue Medellín-Miami-Zúrich-Berlín, muchas horas de vuelo pero empezando el paseo el cansancio no se siente.

Llegamos en la tarde del miércoles a la ciudad y aunque ya conocíamos, siempre se sienten nervios cuando se visita una ciudad nueva, tomamos el tren hasta el apartamento y a descansar hasta el día siguiente.

A la mañana del jueves nos levantamos a entrenar, yo todavía tenía 3 días de trote previos a la carrera, ese día tenía un bloque de 5 x 1km a ritmo de carrera. Aprovechando que estábamos cerca de Tempelhof, un antiguo aeropuerto nazi abandonado, salimos a entrenar allí. Las primeras sensaciones fueron de cansancio, pues el viaje fue largo y las piernas se sentían pesadas, pero luego del calentamiento, se sintieron mejores sensaciones. La primer repetición se sintió muy cómoda al ritmo estimado de carrera, incluso sentía que podía ir más rápido y la sensación era de tranquilidad, fui paciente pues apenas era la primera, sin embargo el descanso pude hacerlo con trote suave y no caminando como en entrenos previos, eso me generó confianza. Las siguientes repeticiones se sintieron igual de cómodas, ya en la última entendí que las condiciones de altura y entrenamiento estaban dadas para hacer una muy buena carrera, ese día sentí que se podía lograr.

En la tarde el plan era ir a la feria, tomamos el transporte público y ya desde ese momento se sentía el ambiente de carrera en la ciudad, a pesar de que en las calles no se sentía mucho ambiente, ese día en el bus ya se veían varias personas con pinta de corredores, por lo menos con tenis y chaquetas deportivas. El bus nos dejó a un par de cuadras de la Expo, Ya el ambiente estaba invadido de maratón, mucha gente con las bolsas del kit, otros con la chaqueta de la maratón, ya todo era una fiesta, ya el corazón empezaba a latir más duro. La primera sensación al llegar a Tempelhof (el antiguo aeropuerto donde se hacía la Expo) fue de asombro, el lugar era imponente, el hall de entrada parecía no tener fin, al fin llegamos a la Expo, nos recibieron en el control donde te ponen la manilla oficial, desde ese momento ya haces parte de la carrera, con la manilla te sientes un atleta élite, es como si te dieran un súper poder.

Entramos y nos enfocamos primero en reclamar el número de carrera, debíamos atravesar todas las tiendas y hacia el final estaban los stands de los números. Un voluntario te pide el registro y te imprime el número, te da un par de indicaciones para el día de la carrera y listo, oficialmente tienes todo lo necesario para la mejor carrera del mundo. Entrada obligada al stand de Adidas pues nos hacía falta la camiseta de Finisher, fuimos solo por eso por que los tenis muy bonitos y todo pero al igual que en Colombia muy caros. Ese día nos enamoramos de un morral de la maratón pero tomamos la mala decisión de no comprarlo ese día sino volver al día siguiente… grave error, pues al día siguiente todo estaba agotado. Salimos ya casi de noche, a comer y a descansar pues en la madrugada llegaban los demás.

Pao, Alejo y Vivi llegaron pasadas las 11 de la noche, los recibimos, contamos un par de historias y a descansar pues al día siguiente también debíamos entrenar. En la mañana salimos a correr, cómo era el primer día de Pao y Alejo los llevé al aeropuerto para que conocieran el lugar, esta vez Mariana se quedó en casa pues solo tenía fortalecimiento. Ese día tenía 3 x 2km, las sensaciones fueron iguales que el día anterior, muy cómodo con los ritmos y me iba llenando cada vez más de confianza, ya sentía que el cuerpo estaba preparado para lo que venía.

Ese día también fue día de Expo, fuimos a acompañar a Pao y Alejo y a buscar sin fortuna el morral. De salida decidimos ir a la puerta de Brandeburgo a seguir buscando el morral en el hall of fame de Adidas, obviamente tampoco lo encontramos. Almorzamos, paso obligado por Rausch por chocolate y para la casa.

Al día siguiente eran los 5km organizados por la carrera, madrugamos y nos fuimos trotando desde la casa, era el último entrenamiento, así que la idea era disfrutar el ambiente y compartir con los conocidos que encontramos. Ese día decidimos no hacer mucho, queríamos descansar las piernas para no estar muy cansados el día de la carrera, nos organizamos con calma y salimos a buscar almuerzo real, por lo menos con arroz, por fortuna encontramos un restaurante vietnamita que servía comida deliciosa. En la noche el plan con los demás era hacer nuestra propia cena, nos decidimos por pasta con pollo, la segura pre carrera. Luego de la comida dejamos todo listo, la pinta de la carrera, los geles, el agua, el gatorade, las pastillas de sal, la ropa de cambio, todo, no podíamos dejar nada para el día de la carrera, revisamos de nuevo la ruta en el tren y a descansar.

Mucho dicen que uno debe descansar bien las noches de la semana previa a la carrera, pues por los nervios es muy probable que la noche pre carrera no se pueda dormir bien. Ese no fue nuestro caso, esa fue la noche que mejor dormimos, estábamos tan enfocados en lo que se venía que nos dormimos de una y descansamos un montón. Antes de acostarme hablé con mucha gente, con mi familia, con amigos, con mi entrenador, recibimos mucha buena energía de un montón de gente, pero esa noche se me quedó grabado algo que me dijo Camilo Aramburo, me recordó lo bueno que era, lo preparado que estaba y me dijo una frase que me lleno de motivación: “Atleta o cadáver, todo esta en la mente”.

5am suena la primera alarma, hora de despertarse, el día de la verdad había llegado. No hubo necesidad de esperar las demás alarmas, con la primera fue suficiente para entender que algo grande se venía y no había tiempo que perder. Desde que puse los pies en el suelo todos mis pensamientos fueron positivos, le di gracias a mi cuerpo por llevarme hasta ese punto, le agradecí por que la preparación fue hermosa, nunca hubo dolores y cuando aparecían, siempre supimos cómo manejarlos, le di gracias a mis piernas a mis pulmones a mi corazón y a mi mente, estaba con los sentimientos a flor de piel pero sabía que no me podía desenfocar. Nos organizamos, desayuno en calma con pan y café y en tren para la fiesta de la maratón.

Para las carreras tengo un ritual que me sirve para mantener la calma y concentrarme en los momentos difíciles, siempre con un marcador me escribo en el antebrazo izquierdo la frase: “Vamos Alejo”. Cada que veo la frase en carrera me acuerdo que estoy ahí por mi, gracias a mi esfuerzo, a lo que trabajé para ello y me recuerda que soy mi mejor amigo en las carreras, que con mi mente soy capaz de levantarme de cualquier situación difícil. Ese día de camino al metro me miré el antebrazo y me di cuenta que se me había olvidado la frase, le pregunté a Mariana que si tenía un marcador y me dijo que no, que me tranquilizara, que era solo una frase, que me la podía repetir las veces que necesitara en carrera, que no la necesitaba ese día. Me tranquilizó saber que no necesito de ningún agüero o ritual para que la cosas salgan bien.

Yo salía del corral C y Mariana, Pao y Alejo salían del corral H lo que significa que yo salía 9:15 y ellos 10:30, la idea era llegar a la estación del metro de la puerta y ahí nos despedíamos, de camino en el metro conocí un desconocido que también salía del corral C y me dijo que se iba a bajar una estación más allá por que la que teníamos pensado para bajarnos quedaba muy atrás. Como estaba Justo de tiempo y no quería correr riesgos lo seguí.

Cuando llegamos a la estación me despedí de Mariana, beso y abrazo fuerte, palabras de aliento y a lo que vinimos. En ese momento mi corazón se dividió automáticamente en dos, una parte se quedó conmigo enfocado en mi carrera y una parte se fue con Mariana, era su primera maratón y yo solo quería que ella se la disfrutara.

Cuando por fin salí del metro ya se sentía el ambiente de maratón, mucha gente corriendo, otros esperando, muchos calentando y yo enfocado en buscar el corral. En el camino me encontré con 3 atletas de D Runners, una pareja de esposos que ya conocía y un tipo que nunca había visto, el caso es que él también iba para el corral C así que continúe con él. Faltaban 15 minutos para que empezara la carrera, de camino fui buscando un baño pues el gatorade ya había hecho efecto, el problema de los baños en las carreras es que siempre están ocupados y con fila, así que seguimos y pasamos el primer control, nos revisaron la letra del corral en el número y entramos al bosque Tiergarten en búsqueda de la salida de la carrera. Una vez en el bosque el tema del baño se solucionó, por fortuna para los hombres el 1 se puede hacer en muchas partes…

Tenía el tiempo Justo para calentar 10 minutos, así que encontré una recta como de unos 100 metros y allí hice el trote suave y la técnica, sabía que no podía empezar a correr sin un buen calentamiento, no quería que me pasara lo que me pasó en Maratón Medellín, que por el afán de entrar al corral no calenté ni 5 minutos y salí frío. De la nada apareció Daniel Gutiérrez de Envigado así que continuamos el calentamiento con él, conversamos de lo bonito de estar ahí, que ya el trabajo estaba hecho, que el plan era disfrutar y terminar, y si se daban los tiempos maravilloso, sino para eso habían plan B, plan C, plan D y si ninguno de esos resultaba, llevábamos plata pal taxi.

Hora de salir para el corral, abrazo pa Dani y a esperar la salida. Mi corral era él C pero sabía que mientras más adelante saliera era mucho mejor ya que no me tocaba esquivar tanta gente y a lo mejor encontraba un grupo con un ritmo similar al mío. Las filas para entrar a los corrales estaban largas y en la entrada estaban revisando la letra, allí descarté meterme en el A o en el B, el problema era que para el C también había fila, así que hice una ninjada y me salté la reja para quedar adelante en el corral C. Estando ahí le dije a una de las voluntarias que separaba los corrales que si me dejaba hacer movilidad en un espacio vacío del corral B, ella accedió pero me dijo que debía volver a entrar al C, empecé a hacer ejercicios de técnica y sin quererlo (de verdad sin quererlo) me fui alejando de la línea de separación entre corrales, cuando quise volver vi que era mejor seguir hacia adelante que hacía atrás y ya estando en el corral B pues lo mejor era buscar un buen lugar para salir. Fui avanzando hasta que la densidad de personas era tanta que no pude más, mi sorpresa fue que quedé a un par de metros del corral A. 9:10 am, faltan 5 minutos y empezaron a poner música para calentar los ánimos de la gente, con todo lo que había pasado no había tenido tiempo de pensar en la carrera, creo que fue lo mejor que me pudo haber pasado, desconectarme un poco de esa ansiedad, pero esa musiquita te hacen dar ganas de llorar, me sequé un par que se me salieron y ahora si a enfocarnos en la carrera.

Delante mío había un tipo flaco con un poco de barba y muy nervioso, me pregunto que a qué ritmo iba a salir y le dije 3:45, me dijo que se parecía a su ritmo pero que él iba más rápido que iba a salir a 3:40, me dijo que su objetivo era hacer 2h:36 como Máximo, yo le dije que mi objetivo era 2:39 que todo lo que estuviera por debajo de 2:40 me servía, él me dijo que no se conformaba con eso, que iba fuerte por el 2:36, al final decidí salir a su ritmo y ver en el camino que pasaba.

3 minutos finales, empieza la presentación de los élites, la multitud estalla en euforia cuando mencionan a un tal Eliud Kipchoge, debo confesar que se me erizo la piel de solo verlo por la pantalla y saber que estábamos a menos de 30 metros de distancia, es lo más cerca que he estado de un campeón olímpico, del dueño del récord mundial en maratón hasta ese momento y que lo ratificaría 2 horas 1 minuto y 9 segundos después. En la pantalla se ve la alcaldesa de Berlín con su chaqueta de la maratón y una pistola para dar la partida, eso solo significa una cosa, cuenta regresiva y nos fuimos.

-Cómo te llamas? (Al español)
-Nico y tu
-Alejo
-Pues venga Alejo, éxitos y nos fuimos, arrancamos a 3:40?
-Listo, va pa esa

Suena el pistolazo, arrancamos caminando y empujando gente hasta el tapete de salida, habían pasado exactamente 30 segundos desde la salida cuando pasé por el tapete. Botón de START en el Garmin y a correr se dijo.

Salí en un lugar privilegiado, pues delante mío habían apenas unos cientos de corredores de los 45527 que corrimos esa mañana. Como en todas las carreras el primer kilómetro no se siente, la energía está al 100%, los ánimos están en el punto más alto y la concentración está entre esquivar gente, tratar de no atropellar a nadie, fijarse en la multitud que te está gritando al otro lado de la vayas, en fin, en menos de lo pensado ya llevaba 1km de la maratón, recuerdo que miré el reloj y marcó 3:39 el ritmo, iba bien siguiendo el plan de carrera y el ritmo que había hablado con Nico, a propósito a él lo vi un par de kilómetros y luego lo perdí, seguramente fue por su marca de 2h:36, en conclusión a correr solo como usualmente lo hago, eso sí rodeado de un mar de gente con tú mismo ritmo.

Hablando un poco del plan de carrera, la estrategia era abordar la primera media maratón al ritmo de carrera (3:45), luego de la media bajar un poco la velocidad buscando un ritmo entre 3:55 y 4:00 ya que entre el kilómetro 21 y 32 aprox, había un leve ascenso, que a pesar de sólo tener 40m de desnivel positivo, sí que se sienten después de media maratón, al final la idea era apretar después del km 32 hasta llegar a la meta.

Luego del primer kilómetro seguí concentrado en esquivar gente y tratar de encontrar un grupo que llevara el ritmo. Encontré una corredora que iba “escoltada” por dos pacers, parecía ser una “élite” pero no recuerdo su nombre, llevaban un ritmo similar al mío, un poco más rápido pero agradable, así que me pegué a ese tren, aunque un par de kilómetros más adelante, uno de los pacers de ella empezó a poner una barrera entre ella y yo, por lo cual los dejé seguir. Mi sensación los primeros kms fueron de frío, pero no un frío insoportable ni limitante, sino agradable, como que te ayuda a regular la temperatura corporal pero sin ser molesto, algo así como entrenar en una madrugada fría en Medellín.

La primera recta de la carrera tiene 2.5 km, se pasa primero por el Ángel de la victoria y luego se gira a la derecha, como ya lo mencioné esos primeros kms no los sentí, usualmente me dan mucha dificultad los primeros 5km, pues es cuando más frío estoy y cuando la mente me empieza a preguntar para que viniste. Esta vez no pasó eso, estaba tan enfocado en la carrera que no sentí esos primeros kilómetros, me sentía muy rápido y muy cómodo, realmente estaba disfrutando la carrera. Cómo entre el 3 y el 4 se pasa por dos puentes, aunque no son los típicos puentes con una súper inclinación, si se sienten un poco, pero como lo mencioné en ese punto de carrera todo se siente tranquilo. En el km 7 también había un puente con una curva a la izquierda, iba muy concentrado en seguir el paso del lote y en ver la cantidad de gente que te sale a alentar, entre la multitud alcancé a ver a Vivi (la familiar de Alejo y Pao) pero ella estaba en lo suyo grabando y no me vio, por cierto, me hizo vídeo y solo lo supo hasta después de la carrera.

Los primeros 10km me marcaron en 37:21, cuando miré el reloj empecé a hacer cuentas, aunque esto no es raro en mi pues la vida corriendo se me pasa haciendo cuentas de cualquier cosa. Calculé que con ese ritmo pasaba la primera media por debajo de 1:20, íbamos bien con el plan entonces todo bajo control. A parte de marcar los 10km era la hora de la alimentación, debía consumir 4 geles durante la carrera y aproximadamente 8 pastillas de sal, entonces calculé que cada gel lo debía tomar junto con 2 pastillas cada 35 minutos, para que el último gel me diera cuando llevara 2h:20 y que me diera energía para la última parte de la carrera.

Hablando de alimentación en carrera, otra parte importante es la hidratación y más en mi caso, ya que mi tasa de sudoración es muy alta, algo así como que pierdo 1.5kg de peso por cada hora de trote ese peso perdido es equivalente a líquido perdido, es decir, en 2 horas y 40 minutos pierdo algo así como 3.6 kg de peso que se traducen en que ese peso es agua, agua que se debe reponer, por ende era fundamental que tomara agua en todos los puntos de hidratación y no solo tomar agua en cada punto, tomar agua 2 o 3 veces en cada punto de hidratación.

El lote que llevaba el paso se empezó a alejar, cada vez fueron apretando más el ritmo y los dejé ir, mi carrera la manejo yo. En el camino fui encontrando corredores útiles, nos pegamos un par de kms, jalamos juntos y ya después cada uno sigue su camino, recuerdo que un tipo me siguió por muchos kms era muy alto y tenía camisilla negra. A pesar de mi malísimo inglés y del ritmo que llevábamos nos pudimos comunicar, me contó que era de Estados Unidos, que era su 4 maratón y que iba por 2h:45, entonces le servía mi ritmo, al final no se cuando nos separamos pero jalamos juntos por lo menos 8 kms. Eso me parece lindo de las carreras, que te ayudas con un desconocido y al final es como si se conocieran de siempre, se consigue una coordinación hasta extraña en esos tramos de carrera que se ayudan. Siempre he afrontado las carreras como una oportunidad para ayudar al que necesita ayuda, nunca he salido a correr con el ánimo de competir de manera agresiva, tal vez sea por mi forma de ser, pero no me interesa pasar por encima de nadie por el contrario siempre busco brindar ayuda al que necesita.

Cómo era mi primera carrera internacional todo para mi era novedoso, la cantidad de gente a lado y lado de la calle gritándole a todos los corredores, la cantidad de niños con carteles, muchos señores de edad en la calle y los balcones, espectadores con medallas de las carreras pasadas, personas en bicicleta siguiendo el recorrido, banderas de todos los países (en su mayoría de México), ese día la ciudad era una verdadera fiesta y yo la estaba disfrutando como se debía, aunque siempre enfocado en la carrera, no deje pasar ningún detalle del ambiente del público, uno se siente una verdadera estrella del atletismo. Sin lugar a dudas lo que más me impactó fue ver la cantidad de bandas tocando música en vivo, niños de colegio, bandas de amigos, grupos de gente mayor, grupos de gente con alguna discapacidad, era todo un festival de buena música, la mayoría de las bandas tocaban jazz, así que el recorrido no pudo tener mejor banda sonora, pasar por una de ellas era erizada de piel inmediata. Recuerdo mucho que unos metros antes de la media maratón había un grupo de gente muy mayor desde un balcón con un bafle tipo “pickup” poniendo rock a todo volumen, eso sí que te hace emocionar.

Km 15 y todo seguía en orden, el ritmo donde tenía que estar, los ánimos en el punto más alto, las piernas frescas, las pulsaciones reguladas, empecé a sentir que lo iba a lograr, a pesar que el objetivo estaba claro desde un principio, en las carreras cualquier cosa puede pasar, pero en ese momento sentí que lo estaba logrando. Cómo a 2 km de la primera media me tomé el segundo gel, empecé a ver un tipo que llevaba un buen ritmo y decidí pegármele, corrimos juntos casi hasta el 24 cuando él apretó y se marchó. Cuando pasamos la media me dijo “Just a half”, creo que lo interpreté de la mejor manera y pensé si solo falta media, de aquí en adelante se pone buena la cosa. La media la pasé en 1h:19, todo estaba saliendo según lo planeado.

De acuerdo con el plan, el terreno se debía empezar a inclinar entre el 20 y el 21 y por ende el ritmo debía bajar un poco, para mi sorpresa no sentí tan fuerte la inclinación, y el ritmo no se veía forzado, entonces cambio de planes y a mantener el ritmo, me sentía cómodo entonces decidí no bajar. La subida eran tan solo 7 u 8 km, entonces como en el 30 debía apretar tan solo un poco o por lo menos mantener.

En medio de la subida (entre el 21 y el 30) la ciudad cambió un poco, ya no se veían edificios gigantes sino casas con más zona verde, también la cantidad de gente disminuyó un poco, sin decir que el recorrido estuvo solo, pero si se sentía un poco más de calma en el recorrido. Cuando llegas al km 28 más o menos, ves que la ciudad vuelve a cambiar, vuelven a aparecer los edificios y la cantidad de gente aumenta. Es un punto de quiebre por que cambia la ciudad y cambia la inclinación, de ahí en adelante sigue un tramo en descenso de más o menos 7 u 8 kms. En medio de la subida vi que algunos corredores se volvieron locos y empezaron a apretar, bueno tal vez era su estrategia o su plan de carrera, muy respetable y quizás les funcionó pero yo tenía claro que ese no era un punto para el desgaste sino para mantener.

Llegó el punto de apretar, sabía que era el punto por que sé sintió el cambio en la inclinación, de un momento a otro sientes que llegaste a la cima y empiezas a descender. Al primer intento de apretar sentí que la cosa no iba a ser fácil, después de 28km no es sencillo mandarle la orden a las piernas que deben correr más rápido, entonces lo que hice fue que traté de sostener el ritmo que llevaba, lo pude manejar muy bien por lo menos en unos 9 km, es decir hasta el 37 aprox, en este punto dejas el “descenso” y el terreno vuelve a ser plano. El recorrido en el descenso también es muy particular por que empiezas a sobre pasar a la mayoría de corredores que apretaron en el tramo de subida. Un amigo me dijo un día que esa era una de las mejores sensaciones en las carreras “empezar a recoger muertos” y de verdad si se siente un fresquito cuando eso pasa, no por que te estes pasando a alguien que la está pasando mal, sino por que cuando empiezas a pasar gente te empieza a subir el ánimo saber que todavía tenes la garra para terminar y terminar de la mejor manera.

Después del 37 la cosa ya no estaba tan fácil, ya mantener el ritmo se hacía cada vez más difícil pero no imposible, empiezas a jugar con la mente y a tratar de “negociar” con ella:

-Corremos 1km y paramos
-Llegamos a esa esquina y paramos
-No vas a ser capaz, mejor termina caminando
-Si sigo así me voy a lesionar…
-Como vas a parar si llevas más de 30km
-Ya llevas más de la mitad, no podes parar
-Después de tanto sacrificio vas a dejar todo tirado?
-No jodas mk, cuando llegue descansa
-5 km los haces muerto de la risa en Medellín, cómo vas a parar aquí?
-Vamos Alejo, vamos Alejo, Vamos Alejo
-“Atleta o cadáver, todo esta en la mente”, esa frase si que me la repetí, decidí ser un atleta y no un “cadáver” que abandona la carrera por que la mente le ganó.

Y así se te va yendo la carrera, en medio de pensamientos positivos tratando de opacar pensamientos negativos. Por fortuna ese día estuve muy fuerte mentalmente y nada me iba a detener.

Volviendo a la carrera, después del 38 ya la lucha no era solo mental, ya la fatiga empieza a hacer de las suyas y empiezan a aparecer molestias incómodas pero controlables, solo que esas molestias no te dejan apretar. Empecé a sentir una sensación de calambre en los isquiotibiales, no era nada grave pero sabía que si me ponía de contento se me acababa la carrera, entonces fui estratégico y mantuve el ritmo que llevaba, ya habría espacio para apretar. Ese tramo de la carrera lo tenía bien estudiado, sabía que después de pasar el Sony Center venía una recta larga y unos giros de 90 grados hasta llegar a la recta de la puerta de Brandeburgo, esa recta se hizo eterna, pero la gente y la imponencia de la ciudad te van distrayendo.

Venía con buen ritmo y me empecé a acercar a un corredor, era muy particular por que no era el prototipo típico de corredor, era más bien bajo y no se veía tan flaco como el típico corredor de fondo, me fui con él como hasta el km 40, el apretó el paso pero a mi no me daba para seguirlo. Ya no eran solo los isquios, ya se sumaban la cadera y los cuadriceps, ya veía que la cosa se ponía seria, pero que va, teóricamente solo faltan 2km y 195 metros y digo teóricamente por que en realidad el reloj me marcó mucha más distancia, aunque es una carrera certificada, no siempre se corre en línea recta, de ahí que se corra mucho más.

Tenía muy estudiada la carrera pero por la fatiga creía que cada giro a la izquierda era para la recta de la puerta de Brandeburgo, pero no, todavía faltaban 3 giros más para la dichosa recta. Ya solo faltan 2km hay que tomar una decisión en caliente y decidí empezar a apretar, hablé con mis músculos y les pedí que me acompañaran por favor, que ya faltaba poco, les prometí descanso después de la carrera pero que por favor no me abandonaran.

Empezó la apretadera pero el ritmo no llegaba hasta que en el 41 vi a lo lejos una silueta conocida, era Nico el español con el que arranqué pero que siguió por su objetivo. Nico la estaba pasando mal, ya estaba en las últimas, se veía que estaba sufriendo la carrera pero aún viéndolo así no dejaba de ser un desconocido, no podía parar por el, yo iba por mi objetivo. Mi forma de ayudarlo fue empezar a gritarle desde antes y darle ánimo a ver si llegábamos juntos pero a Nico no le dio.

1 km y 200 metros y terminábamos, ya el ritmo si apareció, pero también apareció la fatiga, pero que va, pudieron más las ganas, en ese punto se te olvida el dolor físico y entras en un trance, ya la mirada se nubla un poco y te enfocas en el objetivo, aunque desde ahí no se veía físicamente la meta, sabía que si llegaba a la puerta coronaba por que de la puerta a la meta hay “solo 200 metros”.

Cuando por fin gire y vi la puerta mi mente se aclaró, ya había entrado en el trance, mis gestos faciales no eran los más agradables pero cada que veía una cámara sonreía pa quedar presentable en la foto. Aún con fatiga y todo siempre mantuve la técnica al correr, es lo que más nos enseña Jesús y no lo podía decepcionar.

En esa recta ya vas solo, o por lo menos no con una multitud de corredores, así que sabes que todo lo que grite el público es para vos, entonces empecé a levantarles las manos para animarlos a ellos. Fue lo mejor por que cada que lo hacía me gritaban mas fuerte, finalmente esa inyección de ánimos son los que te llevan a la meta. Antes de la puerta escuché a Vivi: vamos Alejo, ya llegaste. Ahí si me vio, pero ahí el vídeo quedó pa otro lado, jajaja.

Cuando estás llegando a la puerta sabes que todo el esfuerzo valió la pena, sabes que ya hiciste todo el trabajo y solo queda celebrar, agradeces por cada madrugada, por cada entrenamiento con lluvia, por cada entrenamiento fallido, por cada kilómetro recorrido, agradeces a tus amigos que te acompañaron en los fondos de los domingos, por que también se sacrificaron y madrugaron para ayudarte, agradeces las jaladas de oreja de Mariana cuando pensabas que no lo ibas a lograr, agradeces el acompañamiento de Yisus, por que sabes que siempre esta ahí y que aunque a veces se dude, siempre se logran los objetivos, agradeces por cada “sacrificio” que tuviste que hacer para estar ahí, agradeces por que tienes la mejor novia del mundo y que hizo de tu sueño su propio sueño. En ese punto te das cuenta que valió la pena cada puto kilómetro de tu preparación, pero todavía no hay tiempo para llorar. Cruzas la puerta y faltan 200 metros, en ese punto es como si estuvieras flotando y no corriendo, recordaba cada entrenamiento de series en los que faltando 200 metros me imaginaba en ese punto. Por fin lo estaba logrando, por fin se había llegado el momento. Abro los brazos, cierro los ojos, empuño las manos, respiro profundo y por fin cruzo la meta.

Mano en el botón de START del garmin para parar el reloj y se acabó. Miro el reloj para ver cómo había sido la cosa y mi sorpresa fue ver ese hermoso número: 02:40:42, 42.195 km en 2 horas, 40 minutos y 42 segundos, había logrado el objetivo que me había soñado y por el que tanto había trabajado. Inmediatamente empiezo a sollozar y rompo en llanto, es un acto inmediato y totalmente espontáneo, es la forma de agradecer por todo lo vivido para llegar a ese punto. Hay una mezcla de sensaciones que no soy capaz de describir y creo que solo el que la vive es capaz de experimentar. Se siente alegría, tristeza, satisfacción, euforia, dolor, melancolía, no sé si reír, llorar, gritar, saltar. Camino unos pasos, me inclino y me apoyo en mis músculos, los beso en agradecimiento y sigo llorando sin parar, es algo que no puedes controlar, hay que dejarlo salir. En ese punto los sentimientos están a flor de piel y cualquier cosa te hace explotar de alegría. Seguía inclinado y de repente un tipo de camisilla negra me levanta y me da un abrazo como si nos conociéramos de toda la vida, explotamos en llanto los dos y nos agradecemos solo con una sonrisa por que si el inglés no me brota, en ese momento mucho menos.

Seguí caminando y seguía la recogida de la medalla, otra llorada segura por que el hecho de que te pongan la medalla simboliza el deber cumplido, efectivamente así fue, una señora de mucha edad y pelo blanco me sonríe, me pone la medalla y me abraza, claramente el acto seguido es seguir llorando.

Al final seguí caminando y antes de salir de la zona de corredores apareció un pequeño cartel en cartón colgado al final de la zona de medallas con letras en marcador que decía New WR 2:01:09 Kipchoge, fue la mejor manera de cerrar la carrera perfecta!

Ahí terminó mi carrera, o por lo menos el acto de correr sin parar por 42.195 km, seguía lo más difícil en ese momento, esperar la llegada de Mariana, era su primer maratón y aunque sabía que lo iba a lograr, no dejaba de sentir angustia por la incertidumbre de no saber que está pasando en su carrera, pero faltaba mucho para saber de ella, debía salir de la zona de corredores, buscar a Vivi y seguir el recorrido de Mariana por la aplicación. Me tomé un tiempo para sentarme al frente del Reichstag (Parlamento Alemán), contemplar la medalla, asimilar todo lo que había acabado de pasar y tratar de estirar, estaba muy “tullido” para hacer un buen estiramiento, entonces hice los obligatorios para no pasar una mala tarde.

Saliendo me dieron cerveza, sin alcohol pero al fin y al cabo cerveza, daban 1 por corredor pero habían pocos corredores y aproveché esto para reclamar 3 o 4 o 5 y bogármelas. Finalmente me encontré con Vivi, me pude cambiar y empezar a seguir el recorrido de Mariana, iba en el km 35, llevaba un muy buen ritmo, me tranquilizó saber que hasta ese momento todo estaba saliendo bien. Seguía en mi opinión lo más difícil, pues esa distancia era lo máximo que había hecho en entrenamientos. Todo iba avanzando con normalidad, el ritmo seguía firme y ella se acercaba a la meta. Fuimos a buscar un buen lugar cerca de la puerta de Brandeburgo para verla pasar, entre tanto pasó Pao, iba firme, eso nos alegró pues ella venía de una lesión que le hizo cambiar su plan de carrera.

La aplicación marca que está pasando por el km 41, en pocos minutos va a tomar la recta que la llevará a la puerta y a la meta. Fueron minutos eternos pero al fin apareció entre la multitud de corredores, venía entera, firme, aún con buena técnica, fue un momento de tranquilidad, pues era confirmar que había hecho una carrera perfecta, que todo había salido según el plan. Pasó tan tranquila que tuvo alientos para levantar las manos saludarme y sonreírme. Fue su primer maratón y también fue su carrera perfecta, pues la disfrutó de principio a fin y quedó con ganas de hacer otra!!”

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